Chema Tapia: de villano a héroe, con una mañanera

“A ver si lo traemos para que nos explique”, dijo la presidenta Claudia Sheinbaum, refiriéndose al exdirector del FONDEN, Chema Tapia. La frase, aparentemente casual, encendió la polémica. Porque sí, la presidenta sabe perfectamente quién es Tapia, y claro que lo conoce. Pero ojo, mucho ojo: el comentario detonó una tormenta política que ya algunos interpretan como un error presidencial.

Se dice que Sheinbaum se dio “un balazo en el pie”, que Chema Tapia está muerto políticamente, y que Morena en Querétaro cobija a corruptos. Sin embargo, hay matices que vale la pena revisar antes de dar por sentenciada la historia.

Primero, Tapia no fue candidato de Morena, sino del Partido Verde Ecologista (PVEM), aliado del obradorismo, sí, pero con autonomía formal. Segundo, su antiguo aliado político, Ricardo Astudillo, ya cortó lazos con él. Y tercero, y más importante: Sheinbaum nunca lo acusó directamente de corrupción. Lo que dijo es que “la corrupción existía en el sistema del FONDEN”. No en una persona, sino en el entramado institucional que operaba el fondo.

¿Y si el mensaje fue más estratégico de lo que parece?


El fondo del FONDEN

El Fondo de Desastres Naturales (FONDEN) fue creado en 1996 para apoyar a estados y municipios afectados por desastres naturales. Su objetivo era financiar acciones de emergencia, reconstrucción y prevención, siempre bajo reglas federales muy precisas.

  1. Declaratoria de desastre: el gobierno estatal debía solicitarla a la SEGOB. Sin ella, no había dinero.

  2. Evaluación de daños: comités federales y estatales cuantificaban los estragos.

  3. Aprobación de recursos: la Secretaría de Hacienda liberaba el dinero, pero no se entregaba a los estados directamente.

  4. Ejecución: las dependencias federales (SCT, CFE, SEDATU, CONAGUA) realizaban las obras o transferían recursos etiquetados.

En otras palabras, el FONDEN no era una caja chica. Era un fideicomiso con candados.


Tapia y su papel

José “Chema” Tapia Franco, quien dirigió el fondo durante el sexenio de Enrique Peña Nieto, sostiene que jamás tuvo acceso directo a los recursos. Su función era técnica: coordinar expedientes, validar procesos, supervisar procedimientos administrativos.

Las cuentas, los pagos y las transferencias pasaban por Hacienda, Gobernación y las dependencias ejecutoras. El director del FONDEN no podía autorizar ni un peso, y las acusaciones de corrupción —dice Tapia— se explican más por desconocimiento o conveniencia política que por hechos verificables.

En 2020, el actual gobierno eliminó el FONDEN con el argumento de que había discrecionalidad y corrupción. Pero la realidad es que su desaparición dejó dudas,  hoy México parece tener un mecanismo mas ágil para atender emergencias, el recurso que antes llegaba en meses ahora llega en días asegura la presidenta de México

Sheinbaum asegura que existen 19 mil millones de pesos disponibles para desastres naturales y que, si fuera necesario, se podrían solicitar recursos internacionales. Por ahora, no lo ve indispensable.


¿Y si Chema Tapia sube al escenario?

Imaginemos el escenario: Sheinbaum cumple su palabra y Chema Tapia aparece en una mañanera. Expone con claridad cómo funcionaba el FONDEN, explica quiénes realmente controlaban el dinero y deja claro que los recursos pasaban por manos de gobernadores priistas y panistas, no por las suyas.

Si logra hacerlo sin titubear, con datos duros y sin victimizarse, podría transformar su narrativa: de villano mediático a funcionario técnico que fue arrastrado por un sistema podrido.

En política, nadie está muerto mientras tenga un micrófono y una historia que contar. Y Tapia podría tener, justo ahora, su oportunidad de resucitar.

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