El Árbol Milenario de Concá,Un Gigante Natural que Pide Respeto
Por David Smeke
A tan solo unas cuadras de la iglesia de la Misión en Concá, se alza imponente un árbol que ha sido testigo silencioso del paso de los siglos. Conocido por los lugareños como «el árbol milenario», este majestuoso sauce no solo es un símbolo de vida y resistencia, sino también un atractivo natural que merece ser preservado con responsabilidad.
Se estima que el árbol tiene más de mil años de antigüedad. Su tronco, de aproximadamente tres metros y medio de ancho —equivalente al tamaño de un automóvil— y una altura que supera los veinte metros, se pierde entre las copas del bosque y el cielo, dejando sin aliento a quienes lo contemplan por primera vez.
Este antiguo sauce crece justo sobre un manantial de agua cristalina, donde brota un riachuelo de no más de 40 centímetros de profundidad. El agua, clara y serena, refleja la pureza del entorno y alimenta un pequeño ecosistema que gira en torno a este árbol sagrado. A su alrededor, nuevos sauces jóvenes comienzan a nacer, dando pie a la teoría de que el árbol milenario podría no haber sido uno solo, sino la fusión de varios árboles que, con el paso de los siglos, se entrelazaron hasta convertirse en uno solo.
Un llamado urgente al respeto
Sin embargo, no todo es admiración. El árbol ha sufrido daños a lo largo del tiempo debido a la falta de conciencia de algunos visitantes. Sus cuidadores —quienes han asumido la responsabilidad de protegerlo— explican que las actividades recreativas como escalar, abrazar el tronco o nadar en el manantial cercano, han deteriorado su corteza y afectado su salud.
«Es un árbol que merece respeto», señalan. Actualmente, se ha colocado una malla perimetral —sencilla pero efectiva— que permite observarlo sin invadir su espacio, como parte de los esfuerzos por frenar el daño y fomentar un turismo responsable, centrado en la contemplación y la conservación del entorno natural.
Un paraíso natural en Concá
A pocos metros del árbol milenario, los visitantes también pueden disfrutar de un balneario natural, frecuentado por familias de la región y turistas nacionales. Este cuerpo de agua, alimentado por otros riachuelos, es ideal para refrescarse, hacer un picnic o simplemente descansar bajo la sombra de los árboles.
Aunque el agua no es tan cristalina como la del manantial que alimenta al árbol milenario, el lugar ofrece un ambiente fresco, húmedo y lleno de vegetación, perfecto para pasar un día en contacto con la naturaleza.
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