Entre gallos, palomas y periodismo con alma: la historia viva de Carlos Mondragón
Carlos Mondragón-Periodista
En un encuentro cargado de emoción, reflexión y sobre todo humanidad, el periodista Carlos Mondragón —también conocido como Carlos Tizoc Mondragón Barrón— compartió con el público queretano y con su amigo y colega David una conversación que fue mucho más que una entrevista: fue una clase de vida, de resistencia y de periodismo con sentido.
Durante su participación en el set de “Querétaro de Verdad”, Mondragón presentó sus tres libros, que no solo son obra literaria sino testimonio de una vida que ha sabido convertir el dolor en inspiración, la adversidad en herramientas narrativas, y los recuerdos en legado cultural.
Más que periodismo: un reflejo de la vida
Carlos Mondragón no solo habla de periodismo, lo encarna. Para él, informar no se trata de repetir noticias sino de capturar el espíritu humano detrás de los hechos. Así lo demuestra su libro Entre gallos, palomas y zopilotes, una autobiografía que combina anécdotas personales, crítica social, política y el testimonio de una infancia marcada por el bullying y el abandono educativo.
Reprobar dos veces primero de primaria a causa del maltrato de una maestra no lo detuvo. Con el apoyo de una nueva docente y de su familia, Mondragón encontró su voz, y con ella, el camino hacia la escritura, el periodismo y la enseñanza. Hoy, dirige su propia universidad sabatina —el Instituto Sanjuanense de Estudios Superiores— y ha fundado la Asociación Regional de Periodistas y Comunicadores de San Juan del Río.
“Nos han dicho que no podemos. Y aquí estamos”, dijo con firmeza.
Cuentos con alma: el abuelo Tizoc y sus nietos
Uno de los momentos más entrañables del encuentro fue la presentación de Los cuentos del abuelo Tizoc, un libro que escribió junto a sus nietos, quienes ilustraron las páginas con sus propios dibujos. A través de 20 relatos, Mondragón toca temas como el cambio climático, el bullying, la migración, la amistad y la aceptación del cuerpo, como en el cuento del “Elefante Flaco”.
“Es un libro para niños, pero escrito con la intención de conmover a los adultos”, explicó.
Uno de los cuentos más simbólicos, El ajolote viajero, conecta la capacidad de adaptación de este singular animal con la experiencia de los migrantes. Mondragón se reconoció en él: nacido en la Ciudad de México, y radicado en San Juan del Río “Los ajolotes nos enseñan cómo debemos sobrevivir y evolucionar”, dijo, tocando las fibras emocionales de todos los presentes.
El poder de la palabra: columnas y pensamiento crítico
Su segundo libro, El Dragón de Mondragón, recopila 83 de sus más de 800 columnas de análisis político, cultural y social. Textos como Los peces no tienen visa o Sepulcros blanqueados abordan temas profundos con metáforas potentes y reflexiones que invitan a pensar.
La portada, obra del fotógrafo Pablo Velázquez, está llena de simbolismos familiares, culturales y políticos: desde la figura del dragón, que representa su herencia y fortaleza, hasta los colores que simbolizan a sus hijos y las corrientes ideológicas que ha tocado en su vida como analista.
Una vida de lucha, arte y resiliencia
Mondragón no esquiva los temas difíciles: habla de la muerte de su esposa, de su padre —un intelectual que lo perdió todo— y de las traiciones de la política. A pesar de ello, se muestra agradecido, firme y con una visión profundamente humana.
“Yo me retiré de los gallos a los 18 años, pero me quedé con lo que representan: valentía, identidad, fuerza. Nos morimos en la raya”, afirmó, retomando la analogía con su título autobiográfico.
Un homenaje mutuo
El periodista David, anfitrión del espacio, no ocultó su admiración: “Me encanta cómo haces las analogías. Este espacio es tuyo”. Ambos compartieron una complicidad genuina y un respeto mutuo por su trabajo y su historia personal.
Mondragón no solo trajo sus libros a Querétaro: dejó también lecciones de vida, autenticidad y convicción. Sus palabras, cargadas de emoción y sabiduría, recordaron a todos que el periodismo más valioso no es el que informa primero, sino el que toca el alma y transforma realidades.
La invitación queda abierta
“Volveré”, prometió Mondragón al finalizar la charla. Y no cabe duda de que será bienvenido. Querétaro —y el periodismo mexicano— necesita más voces como la suya: profundas, sensibles, combativas y generosas.
Para adquirir sus libros, los interesados pueden contactar directamente con Carlos Tizoc Mondragón Barrón a través de sus redes sociales o por medio de Querétaro de Verdad.
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