Juventudes sin voz: ¿Dónde están los espacios para las y los jóvenes en la política y la toma de decisiones?

Ana Pao-Jefa de Comunicación Social (DGCFT) / Jésus Peralta – Asesor del Senado de la República – En diálogo con David Smeke 

En una conversación vibrante, honesta y profundamente reveladora, tres voces se unieron para abordar una de las problemáticas más persistentes de nuestra vida pública: la falta de espacios reales para las juventudes. En una entrevista  que podría marcar un antes y un después en la reflexión colectiva, se sentaron a la mesa Ana Pao y Jesús “Chuy” Peralta, dos jóvenes activistas con trabajo en el ámbito político, para debatir sobre participación, discriminación generacional, leyes mal construidas y el futuro que se les promete, pero que rara vez se les permite construir.

«¿Qué tanto escuchamos a las juventudes?»: una reflexión necesaria

El inicio del programa marcó el tono: “¿Qué tantos espacios tienen las juventudes?” se preguntó el conductor. La respuesta fue inmediata, cruda y dolorosamente cierta: “Pocos. O nulos”. El conductor admitió también un ejercicio de autocrítica: incluso en los medios de comunicación, la presencia juvenil en mesas de análisis es marginal. “Yo mismo los discrimino sin darme cuenta al no invitarlos más seguido”, confesó.

Y es que el espacio que ocupan las y los jóvenes en la política institucional —cabildos, congresos locales, cámaras— dista mucho de su proporción real en la población. “Representamos más del 30% de la población, pero no llegamos ni al 5% en cargos públicos”, sentenció Ana Pau, quien lanzó una frase que bien podría convertirse en consigna: “Los jóvenes no son material de campaña, son la campaña”.

Ley Kuri: entre la buena intención y la falta de escucha

Uno de los temas más álgidos fue la recientemente aprobada Ley Kuri, una normativa dirigida a restringir el uso de redes sociales para menores de edad. “Una ley mal llamada”, aclararon los invitados, porque si bien pretende proteger a la niñez y adolescencia de los peligros del entorno digital, no fue consultada ni con jóvenes, ni con padres de familia, ni con especialistas en educación digital.

“¿Nos preguntaron? No. ¿Participamos en algún foro? Tampoco”, afirmó Jesús Peralta. “Esta ley surge desde la ignorancia adulta. Desde el miedo”, dijo Ana Pao, para luego proponer una alternativa: civismo digital. Una asignatura moderna y urgente que prepare a las nuevas generaciones no para prohibir, sino para usar con responsabilidad la tecnología.

“La solución no es prohibir. Es educar”, repitieron ambos jóvenes, dejando claro que no están en contra de la regulación, sino de una respuesta simplista a un fenómeno complejo.

La juventud como botín de campaña

Uno de los momentos más duros de la charla vino cuando se habló del uso electoral de las juventudes. “En campaña somos los favoritos. Pero cuando ganan, nos olvidan. Los puestos se los quedan los de siempre”, exclamo  Ana Pao.

Jesús, por su parte, subrayó que la falta de representatividad no es casual, sino parte de una lógica del poder que teme perder el control. “Un joven con ideas propias, que piensa diferente, les da miedo”.

Sin embargo, ambos coincidieron en que el cambio es inevitable. “La juventud no solo critica, también propone”, recordó Jesús. “Y en 2027, quien no los tome en cuenta, perderá.”

¿Cómo romper el cerco? Más allá de los discursos

Al final del programa, se planteó una pregunta clave: ¿Qué tiene que pasar para romper este cerco que margina a las y los jóvenes? Jesús Peralta fue claro: “Hay que dejar de ver a los jóvenes como errores andantes”. Porque sí, se equivocan, como todos. Pero sin oportunidad no hay experiencia, y sin experiencia no hay futuro político.

“¿Cuántos políticos actuales se equivocan todos los días?”, preguntó retóricamente el conductor. “¿Y por qué se les permite más que a un joven que apenas comienza?”

Conclusión: Prohibido prohibir, obligatorio escuchar

El mensaje final dejó una lección potente: la juventud es presente, no solo futuro. No se trata solo de abrir micrófonos de vez en cuando, sino de convertir esas voces en parte activa de la toma de decisiones, en la construcción de leyes, en la definición del rumbo del país.

El cierre fue simbólico. Ana Pao dejó la frase que resume toda la charla: “Prohibido prohibir.” Y con ella, una esperanza: que el 2027 y cada año por venir— no se quede en promesas vacías, sino en una verdadera inclusión de las juventudes en el ejercicio del poder.

Redes de los entrevistados:

  • Ana Pao: @anapao_sanmar

  • Jesús “Chuy” Peralta: @soyChuyPeralta

 

Entrevista completa en: 

 

 

 

 

 

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