Querétaro necesita acciones, no solo discursos, para mejorar su seguridad
La violencia en Querétaro ha ido en aumento, y es evidente que nadie, ni siquiera los mismos narcotraficantes, desea que el estado se convierta en un lugar de conflicto. Sin embargo, hay factores que están creando un ambiente propicio para que se den situaciones de inseguridad. Uno de los problemas más claros es la falta de policías y rondines en colonias vulnerables, donde la falta de vigilancia facilita el surgimiento de delincuencia organizada. La inseguridad no solo se concentra en bares y zonas de entretenimiento; estos delincuentes también residen en nuestras comunidades, y la ausencia de supervisión permite que actúen impunemente, incluso a mano armada.
Y aquí surge una pregunta esencial: ¿cómo es posible que estén armados? ¿Por qué la Policía Estatal (POES) no logra rastrear el flujo de armas en el estado? La presencia de armas de alto calibre y de uso exclusivo militar en Querétaro plantea un tema fundamental: la detección de armas y la investigación de su origen y tráfico en nuestro estado. Si en algunos fraccionamientos exigen a los visitantes abrir sus cajuelas, ¿no podríamos implementar medidas similares o más modernas, como arcos detectores de metal, en los puntos de entrada al estado?
Los ciudadanos también tenemos una responsabilidad: denunciar cuando veamos comportamientos sospechosos. Sin embargo, es comprensible el temor a represalias, ya que en algunos municipios el narcotráfico ha logrado infiltrar las corporaciones policiales. Esto genera una desconfianza en las autoridades, que a veces no protegen a sus informantes, y solo ofrecen la denuncia anónima como una medida para evitar riesgos. El caso del hijo de Javier Sicilia en Cuernavaca es un recordatorio de lo que puede ocurrir cuando la información cae en manos equivocadas.
Si queremos devolver la paz a Querétaro, todos debemos trabajar juntos: ciudadanos, autoridades y gobiernos municipales de todos los partidos, sin que esto se convierta en una estrategia de blindaje político. Deben escucharse todas las propuestas y atenderse con la seriedad que el tema exige. ¿Estamos listos para actuar?
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